sábado, 16 de marzo de 2013


Sabadell, 15 de marzo de 2013 / Rutómetro


Aunque hemos entrenado, y todos nos conocemos, más o menos, me vais a permitir, desde mi experiencia, que os pueda dar 4 pinceladas del recorrido con algunos consejos tal vez útiles.


Estos dos días previos a la carrera

Nada que ganar, y mucho que perder. Esa es sin duda la frase que más define esta semana, pero, por supuesto, estos dos días. El entrenamiento de hoy debe ser suave, muy suave, y no más de 45’, a ser posible en terreno llano, y si además, no fuera asfalto, mejor que mejor.

Y el sábado, es algo muy personal. Y como tal, yo recomiendo, y así lo hago, correr al trote, voluntariamente, y suavemente, al menos media horita, que sirve para mantener el cuerpo activo, y despejar la mente, acabando también con unas rectas y estiramientos suaves.

A lo largo del día de hoy, y de mañana, es aconsejable aumentar, sin llegar a la obsesión, la carga de hidratos de carbono. Para ello, yo tomo en estos dos días, además de la pasta de rigor en las comidas, tanto mediodía como cena, fruta deshidratada, ciruelas y orejones, y un complemento de Glucosa, por ejemplo el Gluco-Sport. El objetivo es llenar al máximo, más si cabe de lo necesario, el depósito de glucógeno de nuestro organismo. Buscamos con eso retrasar al máximo la aparición de la fatiga que genera su vaciado el día de la competición.

Por supuesto, la hidratación es fundamental, y el descanso, sobre todo, esta noche, de vital importancia. El sábado dormiremos mal con mucha seguridad, pero si hoy viernes, y mañana sábado con la SIESTA necesaria, y me atrevo a decir, OBLIGATORIA, le daremos al cuerpo la mayoría del descanso que necesita, llevaremos mejor dormir 5 ó 6 horas el sábado noche.


La noche anterior y la mañana M

Es maniqueo decirlo, sí, todo el mundo lo sabe, pero siempre hay el que se deja el chip, el dorsal, la camiseta, o se equivoca de zapatillas o de calcetines. Cuantas más cosas estén preparadas y a mano el sábado, mejor que mejor, ya que así el domingo, que ya estaremos nerviosos de por sí, todo estará más controlado y tendremos menos cosas en qué pensar.

La rutina? La habitual antes de una carrera, ni hace falta un madrugón mayor, ni hace falta desayunar más de la cuenta, ni hace falta inventar con la nutrición y los complementos. Hoy en día hay en el mercado, y en nuestra tienda, multitud de productos y sustancias legales, que nos van a venir bien, pero, HOY NO ES EL DÍA PARA PROBARLAS si no lo hemos hecho antes.

DOMINGO, 17 DE MARZO, 06:40, PUNTO DE ENCUENTRO, OPCIONAL, Tienda Sloprunners.

DOMINGO, 17 DE MARZO, 07:45, PUNTO DE ENCUENTRO, Font Màgica de Montjuic. Fotografía de Grupo, últimas indicaciones, y calentamiento conjunto. Acompaño plano con el sitio exacto en el que nos encontraremos.

DOMINGO, 17 DE MARZO, AL TERMINAR, punto de encuentro en el mismo sitio en el que nos hemos hecho la foto anterior, para hacernos la posterior. Si las fuerzas me acompañan, prometo darme la vuelta, para ir recogiendo y animando, hasta el último Slop que tenga controlado que participa en el Maratón. Así que al final, los ánimos, los abrazos y la Foto de Familia, será algo merecido para todos.

DOMINGO, 17 DE MARZO, OPCIONAL, Tienda Sloprunners, Bar Il Duomo, Comida-Tapeo de Grupo, sobre las 14:00-14:30, con el resto de la Familia Slop, la mayoría de la cual habrá corrido El Rodal de Sabadell, y tendrá mucho que explicarnos.


Rutómetro

El maratón es muy largo, os lo aseguro a los que no lo habéis hecho, y os lo recuerdo a los que sí. Así que, en la salida, no hay que volverse loco, y hay que estar mucho más atento a los codazos, patadas y posibles tropezones, que al ritmo inicial. Tendremos mucho tiempo y muchos segundos para poderlo recuperar. Sin embargo, la euforia inicial desmedida, y no ser prudentes con él, nos va a vaciar con precipitación un depósito de combustible que hay que saber administrar.

El Carrer de Sants sube, poco, pero sube, por lo que no pasa nada, repito, si marcamos algún segundo de más; y además es estrecho y hay que estar pendiente a los bordillos, a los vehículos mal aparcados del tipo motocicletas, y a los que se incorporen a la carrera sin dorsal.

Avenida de Madrid ha de ser un punto de recuperación, y de preparación para la corta, pero notoria, subida del Carrer Numancia. Lo mismo digo de Travessera de les Corts, plana, ancha, larga, pero que debe servirnos para pisar la alfombra del Xip y sacar las primeras conclusiones sobre nuestro ritmo, que no todavía de sensaciones, pues es pronto. Tomaremos el avituallamiento, y lo lanzaremos, antes de comenzar la única tachuela de nuestro recorrido, la subida a la Diagonal.

Una vez contemplado el Camp Nou a un lado, y nuestros ancestros y aquellos que descansan en paz a nuestra izquierda, tenemos más de 2 kms favorables por Diagonal y Avenida de Sarrià, en los que más que fuerza, hay que tener cabeza, mucha cabeza, pues la euforia nos puede hacer pasar por la siguiente alfombra, en la calle Berlín, antes de tiempo.

Bajaremos Tarragona disfrutando del avituallamiento líquido, y sobre todo, disfrutando de la animación, a buen seguro, muy numerosa y llamativa. Y nos relajaremos un poco con la maravillosa estampa de las Torres Venecianas de Plaza España, a las que ya no volveremos a ver hasta dentro de un buen rato. Tomaremos Gran Via, para subir por Passeig de Gràcia, y pasar el primer tercio de esta prueba, ingiriendo ya el primer gel, si es que lo hemos probado antes, y siempre, de hacerlo, en este punto, al girar a Rosselló, porque de esa manera, podremos asimilarlo mejor con el avituallamiento que vendrá después, tras comprobar en la siguiente alfombra cómo vamos de tiempo y ritmo.

Aquí sí, aquí sí que hay que empezar a sacar conclusiones serias de cómo vamos hoy, de cuál es nuestro ritmo de carrera, pero sobre todo, de cuáles son nuestras sensaciones. En principio, si no hay lesiones, hemos entrenado lo suficiente como para que todo vaya sobre el plan previsto.

Pasaremos por el sitio más bonito, arquitectónicamente hablando, de esta carrera. La Sagrada Familia, obra inacabada del Grandísimo Antoni Gaudí, nos tiene que hacer sentir que corremos junto a algo mejor que verdes prados, y que tal vez, el Elíseo, sea algo tan maravilloso…, pero…, puede esperar, porque nosotros, ya transitamos en dirección al primer momento psicológico de la carrera, la Avenida Meridiana.

No nos vamos a engañar, también sube, es más desangelada, ancha, sin sombra si hace sol, y sin abrigo si está nublado y hace frío, pero llevamos suficientes kms en las piernas, y suficiente entrenamiento, como para agachar la cabeza, lo justo, concentrarnos en los pies de nuestros predecesores, y tirar metros, tirar metros sin mirar al punto final, para no desconcentrarnos. Daremos la vuelta en el Passeig Fabra i Puig, con una suave y oxigenante bajada, para tomar el avituallamiento, degustarlo, y bajar por Meridiana nuevamente, en este caso, hasta Valencia.

Recorreremos Valencia con calma, dejando en este caso a nuestras espaldas, la “chincheta” del Pont de Calatrava, y bajar por Felip II hasta la Gran Via que tomaremos en dirección norte, con su absoluta planicie, hasta el punto más alejado de la carrera de la meta, que es la Rambla Prim. Y es importante pensarlo así, pues, desde aquí no nos vamos  a alejar más.

Pasamos el 25, y chic@s, hay que ponerse serios. Aquí ya rozamos las 2 horas de carrera, casi todos, el cuerpo empieza a perder fuerza, y el honor le tiene que empezar a aportar lo que le falta. Es importante tener la cabeza fría, Prim baja ligeramente, los ánimos del público en esta zona suelen ser más “viscerales”, pero enseguida nos topamos con la Diagonal, en su tramo marítimo. Hay que subirla, que también lo hace, girar en otro de los puntos anímicamente álgidos de la carrera, ese pasillo estrecho llegando a la Torre Agbar que hace que la gente te “levante del suelo”, y bajar recuperando, tomando el siguiente gel, si toca, y viendo a lo lejos el km 30.

Hace años que conseguí aprehender en mi interior, que el maratón es una carrera de 12kms que empieza en el 30. Desde ese momento, las cosas me fueron mejor, bajé de las 3 horas, y sufro menos cuando las corro, y ya van 15, que, hasta ahora, no lo había dicho. Así que pasada la alfombra, comprobaremos en nuestro cronómetro cómo va el plan, si como a Anibal del Equipo A, nos está saliendo bien, o si, por el contrario, cabe plantearse desde aquí a meta, una carrera diferente.

No os lo voy a negar, la cosa empezará a fallar, nublado o no, tendremos algunos nubarrones sobre nuestras cabezas, pero ahora sí, chic@s, nos vamos a casa! Este punto es el más lejano que nos queda por pisar, ya no volveremos atrás, de aquí a la meta, hacia abajo, cada vez queda menos.

García Faria es inhóspito, despoblado, pero nos centraremos en la blue line, en nuestro cuerpo, y si no tenemos fuerzas para recordar los verdes prados, saltaremos al asfalto rugoso y agujereado de la Avenida Litoral para ver a nuestra izquierda el mar, bravo o no, pero precioso en todo caso, y las majestuosas aunque no tan agradecidas, torres Mapfre a nuestro frente, antes de las cuales, si nos vemos justos, nos habremos tomado el último gel que nos ayudará en el tramo final.


Mejora del recorrido subir por Marina hasta Pujades, es casi plano, y nos ahorramos mal firme. Eso sí, mucha atención en el giro de Lluis Companys, con el Arc de Triomf al final del mismo. Pero, momento especial, otro de los incomparables. Ahora el público no está encima de los corredores, no se siente tanto ese empuje, pero la gente se desgañita para acercarse más de lo que las vallas se lo permiten. Encararemos Ronda Sant Pere justos de fuerzas, lo sé, pero si os habéis dado cuenta, ensimismados en el relato, como si ya corriéramos el maratón, ni hemos hablado del “MURO”, lo hemos derribado a patadas, una detrás de otra, las mismas que le hemos dado al aire pisando el asfalto. Y es que nos vamos directos, y con la directa puesta al penúltimo momento ESPECIAL de la carrera, el giro de Plaça Catalunya, en el que el pasillo humano nos indica que esto que estamos haciendo es diferente, y que el público es tan o más importante que nosotros mismos.

Porta de l’Àngel con su pavimento de losas prefabricadas es más suave, más agradecido, pero hay que estar atento al giro de la Plaça de la Catedral, pues son más deslizantes con la presencia de agua o algún envoltorio de gel o esponja que algún desaprensivo haya dejado en el paso. Giramos la cabeza ligeramente para contemplar otra de las maravillas arquitectónicas de nuestra ciudad, la Catedral, y bajamos por Via Laietana, prestos y dispuestos a afrontar el momento más delicado y duro de la carrera.

Este año no se pasa por la Plaça Sant Jaume, error a mi juicio por lo especial del entorno, pero acierto en cuanto a aglomeraciones, y suavidad del recorrido. En cambio, Moll de la Fusta se nos hará más largo de lo previsto, y debe servir, y ya sé que es difícil, para concentrarnos en agrupar todas las fuerzas que nos queden, todo el honor que seguimos llevando dentro, el nervio y el ansia que habíamos dejado en la salida, la ira y el fuego que controlamos, pero que nos van a ser muy necesarios todos juntos, para subir el Paral·lel con TODO LO QUE NOS QUEDA, con todo.

Son 2 kms, los hemos subido más de una vez, en Sant Antoni, en Bombers, en la Mitja de Barcelona, en la Jean Bouin, y en el Maratón tal vez, pero hoy es diferente, llevamos 40kms en las piernas, estamos cansados, no le vemos el final, nos duelen hasta los pelos del…, pero sabemos que esto ya está, que se acaba, que llegamos, que si levantamos la mirada vemos las torres que antes habíamos saludado hasta dos veces tan ufanos, tan seguros de nosotros mismos, que la gente anima como tal vez no nos merecemos, que nos admira, que es muy pequeño el porcentaje de población que se presenta ante este reto, y de los que lo hacen, no todos llegan hasta el final, pocos, o muchos, lo han hecho por delante de nosotros, y en definitiva, estamos ahí, solos ante nosotros mismos, hayamos tenido o no una liebre, hayamos corrido o no con compañeros de equipo, vayamos o no con ellos al lado, la carrera es nuestra, el reto es nuestro, lo hemos hecho nosotros, y nos plantamos en Plaça Espanya con la mirada puesta en la meta, sin saber si estamos ahí o en el Elíseo, si nos hemos muerto o si estamos en un sueño, del que despertaremos en cuanto giremos.

En esa recta, en esos 195 metros de auténtica pasión, de auténtica Fuerza y Honor, de auténtica pasión, de auténtico premio, no alcanzamos a ver con claridad los dígitos del cronómetro de meta, no acertamos tampoco con los de nuestro reloj, porque no tenemos fuerza para levantar el brazo hasta una distancia adecuada. Pero no os vayáis a pensar que es por eso, sino por las lágrimas en los ojos de la emoción que sentimos al llegar a meta, al ver el final de tanto esfuerzo, de tanto sufrimiento, y porque, en el fondo, y seamos valientes para reconocerlo, nos da mucha pena que todo esto se haya acabado, que ya hayan pasado tantos momentos buenos, tantos entrenamientos, tantas charlas con nuestros compañeros, y tanto privilegio.

Pero no os quepa duda que, por poco que hayáis sufrido, o mucho, en cuanto os hayan puesto la medalla en el pecho, hayáis repuesto líquidos, comido algunos de los complementos que pone a nuestra disposición la organización, y subido con esfuerzo las escalerillas de les Fonts hasta el Punt de Trobada, estaréis pensando…


CUÁL ES LA SIGUIENTE ¿?
En ella nos vemos, Campeonas y Campeones!!!

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