Sabadell, 15 de marzo de 2013 / Rutómetro
Aunque hemos entrenado, y todos nos conocemos, más o menos, me vais a
permitir, desde mi experiencia, que os pueda dar 4 pinceladas del recorrido con
algunos consejos tal vez útiles.
Estos dos días previos a la carrera
Nada que ganar, y mucho que perder. Esa es sin duda la frase que más define
esta semana, pero, por supuesto, estos dos días. El entrenamiento de hoy debe
ser suave, muy suave, y no más de 45’, a ser posible en terreno llano, y si
además, no fuera asfalto, mejor que mejor.
Y el sábado, es algo muy personal. Y como tal, yo recomiendo, y así lo
hago, correr al trote, voluntariamente, y suavemente, al menos media horita,
que sirve para mantener el cuerpo activo, y despejar la mente, acabando también
con unas rectas y estiramientos suaves.
A lo largo del día de hoy, y de mañana, es aconsejable aumentar, sin llegar
a la obsesión, la carga de hidratos de carbono. Para ello, yo tomo en estos dos
días, además de la pasta de rigor en las comidas, tanto mediodía como cena,
fruta deshidratada, ciruelas y orejones, y un complemento de Glucosa, por
ejemplo el Gluco-Sport. El objetivo es llenar al máximo, más si cabe de lo
necesario, el depósito de glucógeno de nuestro organismo. Buscamos con eso
retrasar al máximo la aparición de la fatiga que genera su vaciado el día de la
competición.
Por supuesto, la hidratación es fundamental, y el descanso, sobre todo,
esta noche, de vital importancia. El sábado dormiremos mal con mucha seguridad,
pero si hoy viernes, y mañana sábado con la SIESTA necesaria, y me atrevo a
decir, OBLIGATORIA, le daremos al cuerpo la mayoría del descanso que necesita,
llevaremos mejor dormir 5 ó 6 horas el sábado noche.
La noche anterior y la
mañana M
Es maniqueo decirlo, sí, todo el mundo lo sabe, pero siempre hay el que se
deja el chip, el dorsal, la camiseta, o se equivoca de zapatillas o de
calcetines. Cuantas más cosas estén preparadas y a mano el sábado, mejor que
mejor, ya que así el domingo, que ya estaremos nerviosos de por sí, todo estará
más controlado y tendremos menos cosas en qué pensar.
La rutina? La habitual antes de una carrera, ni hace falta un madrugón
mayor, ni hace falta desayunar más de la cuenta, ni hace falta inventar con la
nutrición y los complementos. Hoy en día hay en el mercado, y en nuestra
tienda, multitud de productos y sustancias legales, que nos van a venir bien,
pero, HOY NO ES EL DÍA PARA PROBARLAS si no lo hemos hecho antes.
DOMINGO, 17 DE MARZO, 06:40, PUNTO DE ENCUENTRO, OPCIONAL, Tienda
Sloprunners.
DOMINGO, 17 DE MARZO, 07:45, PUNTO DE ENCUENTRO, Font Màgica de
Montjuic. Fotografía de Grupo, últimas indicaciones, y calentamiento conjunto.
Acompaño plano con el sitio exacto en el que nos encontraremos.
DOMINGO, 17 DE MARZO, AL
TERMINAR, punto de
encuentro en el mismo sitio en el que nos hemos hecho la foto anterior, para
hacernos la posterior. Si las fuerzas me acompañan, prometo darme la vuelta,
para ir recogiendo y animando, hasta el último Slop que tenga controlado que
participa en el Maratón. Así que al final, los ánimos, los abrazos y la Foto de
Familia, será algo merecido para todos.
DOMINGO, 17 DE MARZO,
OPCIONAL, Tienda
Sloprunners, Bar Il Duomo, Comida-Tapeo de Grupo, sobre las 14:00-14:30, con el
resto de la Familia Slop, la mayoría de la cual habrá corrido El Rodal de
Sabadell, y tendrá mucho que explicarnos.
Rutómetro
El maratón es muy largo, os lo aseguro a los que no lo habéis hecho, y os
lo recuerdo a los que sí. Así que, en la salida, no hay que volverse loco, y
hay que estar mucho más atento a los codazos, patadas y posibles tropezones,
que al ritmo inicial. Tendremos mucho tiempo y muchos segundos para poderlo
recuperar. Sin embargo, la euforia inicial desmedida, y no ser prudentes con
él, nos va a vaciar con precipitación un depósito de combustible que hay que
saber administrar.
El Carrer de Sants sube, poco, pero sube, por lo que no pasa nada, repito,
si marcamos algún segundo de más; y además es estrecho y hay que estar
pendiente a los bordillos, a los vehículos mal aparcados del tipo motocicletas,
y a los que se incorporen a la carrera sin dorsal.
Avenida de Madrid ha de ser un punto de recuperación, y de preparación para
la corta, pero notoria, subida del Carrer Numancia. Lo mismo digo de Travessera
de les Corts, plana, ancha, larga, pero que debe servirnos para pisar la
alfombra del Xip y sacar las primeras conclusiones sobre nuestro ritmo, que no
todavía de sensaciones, pues es pronto. Tomaremos el avituallamiento, y lo
lanzaremos, antes de comenzar la única tachuela de nuestro recorrido, la subida
a la Diagonal.
Una vez contemplado el Camp Nou a un lado, y nuestros ancestros y aquellos
que descansan en paz a nuestra izquierda, tenemos más de 2 kms favorables por
Diagonal y Avenida de Sarrià, en los que más que fuerza, hay que tener cabeza,
mucha cabeza, pues la euforia nos puede hacer pasar por la siguiente alfombra,
en la calle Berlín, antes de tiempo.
Bajaremos Tarragona disfrutando del avituallamiento líquido, y sobre todo,
disfrutando de la animación, a buen seguro, muy numerosa y llamativa. Y nos
relajaremos un poco con la maravillosa estampa de las Torres Venecianas de
Plaza España, a las que ya no volveremos a ver hasta dentro de un buen rato.
Tomaremos Gran Via, para subir por Passeig de Gràcia, y pasar el primer tercio
de esta prueba, ingiriendo ya el primer gel, si es que lo hemos probado antes,
y siempre, de hacerlo, en este punto, al girar a Rosselló, porque de esa
manera, podremos asimilarlo mejor con el avituallamiento que vendrá después,
tras comprobar en la siguiente alfombra cómo vamos de tiempo y ritmo.
Aquí sí, aquí sí que hay que empezar a sacar conclusiones serias de cómo
vamos hoy, de cuál es nuestro ritmo de carrera, pero sobre todo, de cuáles son
nuestras sensaciones. En principio, si no hay lesiones, hemos entrenado lo
suficiente como para que todo vaya sobre el plan previsto.
Pasaremos por el sitio más bonito, arquitectónicamente hablando, de esta
carrera. La Sagrada Familia, obra inacabada del Grandísimo Antoni Gaudí, nos
tiene que hacer sentir que corremos junto a algo mejor que verdes prados, y que
tal vez, el Elíseo, sea algo tan maravilloso…, pero…, puede esperar, porque
nosotros, ya transitamos en dirección al primer momento psicológico de la
carrera, la Avenida Meridiana.
No nos vamos a engañar, también sube, es más desangelada, ancha, sin sombra
si hace sol, y sin abrigo si está nublado y hace frío, pero llevamos
suficientes kms en las piernas, y suficiente entrenamiento, como para agachar
la cabeza, lo justo, concentrarnos en los pies de nuestros predecesores, y
tirar metros, tirar metros sin mirar al punto final, para no desconcentrarnos.
Daremos la vuelta en el Passeig Fabra i Puig, con una suave y oxigenante
bajada, para tomar el avituallamiento, degustarlo, y bajar por Meridiana
nuevamente, en este caso, hasta Valencia.
Recorreremos Valencia con calma, dejando en este caso a nuestras espaldas,
la “chincheta” del Pont de Calatrava, y bajar por Felip II hasta la Gran Via
que tomaremos en dirección norte, con su absoluta planicie, hasta el punto más
alejado de la carrera de la meta, que es la Rambla Prim. Y es importante
pensarlo así, pues, desde aquí no nos vamos
a alejar más.
Pasamos el 25, y chic@s, hay que ponerse serios. Aquí ya rozamos las 2
horas de carrera, casi todos, el cuerpo empieza a perder fuerza, y el honor le
tiene que empezar a aportar lo que le falta. Es importante tener la cabeza
fría, Prim baja ligeramente, los ánimos del público en esta zona suelen ser más
“viscerales”, pero enseguida nos topamos con la Diagonal, en su tramo marítimo.
Hay que subirla, que también lo hace, girar en otro de los puntos anímicamente
álgidos de la carrera, ese pasillo estrecho llegando a la Torre Agbar que hace
que la gente te “levante del suelo”, y bajar recuperando, tomando el siguiente
gel, si toca, y viendo a lo lejos el km 30.
Hace años que conseguí aprehender en mi interior, que el maratón es una
carrera de 12kms que empieza en el 30. Desde ese momento, las cosas me fueron
mejor, bajé de las 3 horas, y sufro menos cuando las corro, y ya van 15, que,
hasta ahora, no lo había dicho. Así que pasada la alfombra, comprobaremos en
nuestro cronómetro cómo va el plan, si como a Anibal del Equipo A, nos está saliendo
bien, o si, por el contrario, cabe plantearse desde aquí a meta, una carrera
diferente.
No os lo voy a negar, la cosa empezará a fallar, nublado o no, tendremos
algunos nubarrones sobre nuestras cabezas, pero ahora sí, chic@s, nos vamos a
casa! Este punto es el más lejano que nos queda por pisar, ya no volveremos
atrás, de aquí a la meta, hacia abajo, cada vez queda menos.
García Faria es inhóspito, despoblado, pero nos centraremos en la blue
line, en nuestro cuerpo, y si no tenemos fuerzas para recordar los verdes
prados, saltaremos al asfalto rugoso y agujereado de la Avenida Litoral para
ver a nuestra izquierda el mar, bravo o no, pero precioso en todo caso, y las
majestuosas aunque no tan agradecidas, torres Mapfre a nuestro frente, antes de
las cuales, si nos vemos justos, nos habremos tomado el último gel que nos
ayudará en el tramo final.
Mejora del recorrido subir por Marina hasta Pujades, es casi plano, y nos
ahorramos mal firme. Eso sí, mucha atención en el giro de Lluis Companys, con
el Arc de Triomf al final del mismo. Pero, momento especial, otro de los
incomparables. Ahora el público no está encima de los corredores, no se siente
tanto ese empuje, pero la gente se desgañita para acercarse más de lo que las
vallas se lo permiten. Encararemos Ronda Sant Pere justos de fuerzas, lo sé,
pero si os habéis dado cuenta, ensimismados en el relato, como si ya
corriéramos el maratón, ni hemos hablado del “MURO”, lo hemos derribado a
patadas, una detrás de otra, las mismas que le hemos dado al aire pisando el
asfalto. Y es que nos vamos directos, y con la directa puesta al penúltimo
momento ESPECIAL de la carrera, el giro de Plaça Catalunya, en el que el
pasillo humano nos indica que esto que estamos haciendo es diferente, y que el
público es tan o más importante que nosotros mismos.
Porta de l’Àngel con su pavimento de losas prefabricadas es más suave, más
agradecido, pero hay que estar atento al giro de la Plaça de la Catedral, pues
son más deslizantes con la presencia de agua o algún envoltorio de gel o
esponja que algún desaprensivo haya dejado en el paso. Giramos la cabeza
ligeramente para contemplar otra de las maravillas arquitectónicas de nuestra
ciudad, la Catedral, y bajamos por Via Laietana, prestos y dispuestos a
afrontar el momento más delicado y duro de la carrera.
Este año no se pasa por la Plaça Sant Jaume, error a mi juicio por lo
especial del entorno, pero acierto en cuanto a aglomeraciones, y suavidad del
recorrido. En cambio, Moll de la Fusta se nos hará más largo de lo previsto, y
debe servir, y ya sé que es difícil, para concentrarnos en agrupar todas las
fuerzas que nos queden, todo el honor que seguimos llevando dentro, el nervio y
el ansia que habíamos dejado en la salida, la ira y el fuego que controlamos,
pero que nos van a ser muy necesarios todos juntos, para subir el Paral·lel con
TODO LO QUE NOS QUEDA, con todo.
Son 2 kms, los hemos subido más de una vez, en Sant Antoni, en Bombers, en
la Mitja de Barcelona, en la Jean Bouin, y en el Maratón tal vez, pero hoy es
diferente, llevamos 40kms en las piernas, estamos cansados, no le vemos el
final, nos duelen hasta los pelos del…, pero sabemos que esto ya está, que se
acaba, que llegamos, que si levantamos la mirada vemos las torres que antes
habíamos saludado hasta dos veces tan ufanos, tan seguros de nosotros mismos,
que la gente anima como tal vez no nos merecemos, que nos admira, que es muy
pequeño el porcentaje de población que se presenta ante este reto, y de los que
lo hacen, no todos llegan hasta el final, pocos, o muchos, lo han hecho por
delante de nosotros, y en definitiva, estamos ahí, solos ante nosotros mismos,
hayamos tenido o no una liebre, hayamos corrido o no con compañeros de equipo,
vayamos o no con ellos al lado, la carrera es nuestra, el reto es nuestro, lo
hemos hecho nosotros, y nos plantamos en Plaça Espanya con la mirada puesta en
la meta, sin saber si estamos ahí o en el Elíseo, si nos hemos muerto o si
estamos en un sueño, del que despertaremos en cuanto giremos.
En esa recta, en esos 195 metros de auténtica pasión, de auténtica Fuerza y
Honor, de auténtica pasión, de auténtico premio, no alcanzamos a ver con
claridad los dígitos del cronómetro de meta, no acertamos tampoco con los de
nuestro reloj, porque no tenemos fuerza para levantar el brazo hasta una distancia
adecuada. Pero no os vayáis a pensar que es por eso, sino por las lágrimas en
los ojos de la emoción que sentimos al llegar a meta, al ver el final de tanto
esfuerzo, de tanto sufrimiento, y porque, en el fondo, y seamos valientes para
reconocerlo, nos da mucha pena que todo esto se haya acabado, que ya hayan
pasado tantos momentos buenos, tantos entrenamientos, tantas charlas con
nuestros compañeros, y tanto privilegio.
Pero no os quepa duda que, por poco que hayáis sufrido, o mucho, en cuanto
os hayan puesto la medalla en el pecho, hayáis repuesto líquidos, comido
algunos de los complementos que pone a nuestra disposición la organización, y
subido con esfuerzo las escalerillas de les Fonts hasta el Punt de Trobada,
estaréis pensando…
CUÁL ES LA SIGUIENTE ¿?
En ella nos vemos, Campeonas y Campeones!!!
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