2013.02.03 / LA MITJA
Si nos teníamos que fiar
de las previsiones meteorológicas, había que correr con piedras en las
zapatillas, pero el día amanecía claro y soleado, frío, sí, pero sin tanto
aire, a priori. Por la autopista, llevando a Marco a casa de los “yayos”, no
parecía que soplara tanto. Así lo confirmo al llegar a Granollers, recoger a
Enrique y David, y buscar aparcamiento nosotros, justo al lado de la salida.
Esta carrera se corre
tarde, casi a las 11, y permite tomarse las cosas con algo más de “relax”,
aunque hay que estar atento a la concentración. Paseo tranquilo hasta la
salida, donde nos hacemos la foto de equipo con Joan F., David S., Anna R.,
Joan R., Jordi P., David C., Sergio L., Carlos A., Alfredo, Carol, David G.,
Pere A., Fco.Javier C., José Mª R., y Enrique y David.
Vuelta al coche, hoy el
de David, que ha aparcado justo al lado de la línea de meta, y una vez con la
ropa de calentamiento, y preparada la de competición, damos inicio al
calentamiento. Nos vamos hasta el río, que ofrece un terreno suave y recto, sin
coches y sin aglomeraciones, ideal para concentrarte en soledad, y hacer la
última visita al WC, la más “natural”, y es que hay que correr cómodo.
Este año la salida está
ubicada más arriba de la Estación de Renfe, en la misma Avinguda Sant Esteve,
pero a la altura de la calle Fomento, en una zona más amplia para ofrecer más
seguridad a los corredores, no encontrándote una rotonda a los 100m de la
salida, y cabida al gran número de participantes, unos 12.000 según cifras
anunciadas, aunque, como siempre, el número de llegados a meta, 9.845, difiere
bastante. Sea como sea, muchas personas en un mismo espacio.
A las 10:45, me sitúo en
una primera línea llena de corredores de élite, Kiprotich, Castillejo, Maru,
Penas, Rothlin, Iglesias, Yator y Veiga, y de muy buenos populares. A las
10:50, con puntualidad “germánica” dan el tiro de salida. La recta ancha de
Sant Esteve, hasta llegar a la calle Girona, es rápida y aunque aburrida, nos
pone a todos en fila, aprovechando las espaldas y buscando entrar en calor, en
la sombra continua de los altos edificios, pese al calor del numeroso público.
Llegados
a la rotonda de Les Franqueses, enfilamos la Ctra. De Ribes, sin que aún la
subida se haga patente, ni pesada. Estamos en los kms en que me tengo que
empezar a “encontrar”, ha pasado el Km1, que siempre es eufórico, y el Km2, que
aún es de adaptación, y ahora, pasado el 2.000 y algo más de 7’ de carrera, hay
que encontrar la pausa y el ritmo de crucero.
Giro a
la izquierda, por la calle Molí, con el sube/baja del puente sobre la vía, y
giro a la derecha por las calles más inhóspitas de la zona industrial, en la
que toca concentrarse, y dejarse seducir por la riba del río y su paisaje,
recoger el agua en el avituallamiento, beber a sorbos, y no tirar la botella
sin pensar en la ecología. En este punto también hay que estar muy atento a las
“trampas” para el corredor, que son los badenes para reducir la velocidad de
los vehículos, y, que como única nota negativa para la organización, no están
suficientemente indicadas.
El
Camí d’En Pep nos lleva hasta la zona poligonal de La Garriga. En esta zona, la
carrera se estabiliza, y ya no me pasan corredores, ni yo paso a nadie, aunque
voy retomando el contacto con alguna buena grupeta, como la de Iván Escolà,
Ivanko para sus amigos. En el Km.9 giramos a la derecha en otro puente sobre el
río Congost, y nos vamos adentrando progresivamente en el núcleo urbano.
Enseguida está el avituallamiento, y mientras sorbo, paso por la alfombra del
Km.10, y le doy al botón de encendido de la calculadora mental, para empezar a
sacar conclusiones.
He
pasado el 10.000 en 38’21’’, a 3’50’’, un poquito más lento el segundo parcial
(15’’), que puede ser lógico, y que hace prever que sí, que hoy bajaré de
1h20’, pero no me puedo confiar. La climatología ha acompañado, no ha hecho
viento, salvo en momentos muy concretos, sin molestar, y la temperatura ha subido
hasta ser muy benigna. Mientras pienso todo esto, mejoro la zancada por los
adoquines de la calle Banys, que nos ofrece también el calor del público, más
numeroso y animado, si cabe, en la Plaça Can Dachs, lo que da un plus de
energía para afrontar el Passeig, y lanzarme por él (3’32’’), y por la calle
Guifré hasta la rotonda, en la que ya tomo la N-152a. La pierna derecha me ha
dado un aviso con estas “velocidades”, y ahora, superado el Km.12, llegando a
los 2/3 de carrera, hay que hacer un planteamiento de ritmo y sensaciones,
porque sí, son buenas, estoy en terreno favorable, he superado el primero de
los “toboganes”, de momento con nota, pero quedan
dos más,
y un total de 7kms por delante, y hay que saber regular.
Si
bien estoy en el tramo más “despoblado” de la carretera, me sirve también para
retomar la concentración, la soledad conmigo mismo, y fijar “pequeños
objetivos”, de corredores que se me “habían ido”, y que, poco a poco, voy
atrapando y superando. Y es que no me doy cuenta, o sí, pero el ritmo lo he
incrementado. Al paso por el Km.15, ya estoy en 3’48’’ acumulado, 56’57’’
total.
A
estas alturas de carrera, ya estamos en Les Franqueses nuevamente, en este caso
por el interior del núcleo urbano, y me da por disfrutar de la joya
arquitectónica que es su Ayuntamiento, y superando el último tobogán, el de la
gasolinera, tomo el último avituallamiento de agua, para iniciar el tramo más
favorable de la carrera. En este momento, me pongo a pensar en la hora que es,
y lo que habrán hecho “mis chicas” en Ventalló, en el Campeonato de Cros de
Veteranos.
Y cual
es mi sorpresa, con mucha telepatía, que a lo lejos, diviso a lo que parecen 5
ángeles (o demonios, por lo rojo), a todas ellas que suben rodando. Llego
rápido a su altura, y no doy crédito a lo visto, pero sus ánimos, y mis
cálculos mentales horarios sobre el motivo por el que están aquí, me sitúan
prácticamente en el centro de Granollers, a un ritmo cada vez más rápido, ya a
3’36’’ este último parcial.
Desde
luego ha mejorado mucho esta Mitja, pero si por algo se define como LA MITJA,
con mayúsculas, es por el público, entregado y numeroso, y respetuoso con los
corredores en el tramo urbano de Granollers. Cada vez que vengo aquí, sueño con
el día en que en mi ciudad la Rambla fuera peatonal, y disfruto al correr por
aquí con el tacto de las losas sobre mis zapatillas, que, ahora, pese a los kms
acumulados, pasan poco tiempo en ellas. Ya diviso el crono de meta, está aún en
la hora y diecisiete, por lo que sí, sí, sí, firmaré la hora y dieciocho.
Efectivamente,
1h18’51’’, ritmo medio 3’44’’, y el último mil, a 3’32’’. Es verdad, no me voy
a engañar, esta Mitja es favorable, la subida ya no lo es tanto, y la segunda
parte, siendo la de siempre, pesa menos, pero, el tiempo es el tiempo, y las
sensaciones son de clara mejoría respecto a Sitges. Termino y empiezo a pensar
en seguir entrenando para intentar repetir este resultado, en 2 semanas, en
Barcelona.
A
nivel colectivo, también ha sido una mañana muy satisfactoria, pues aunque la
mayoría de compañeros no la han afrontado como objetivo de competición, muchos
han hecho su mejor marca, o se han acercado a sus tiempos, en mejores momentos
de forma.
Finaliza
una nueva edición de LA MITJA, en mayúsculas, porque es, sin duda, el mejor
Medio Maratón de nuestra geografía catalana, al nivel del Maratón, y de
carreras tan emblemáticas como La Behobia. La Organización es excelente, los
voluntarios son esforzados y numerosos, resaltando su dedicación, y el Público,
entregado y participativo, sobre todo en los núcleos urbanos, y cada vez más
numeroso también, en las zonas industriales y rurales, lo que contribuye, una
vez más a la mejora del recorrido. Y es que este nuevo trazado, estrenado ya el
pasado año, es mucho más accesible, y por tanto, mucho más rápido.
Así es
que, vamos a seguir entrenando, que afianzar esta marca en la distancia, no va
a ser fácil…
Antonio Sevillano / SLOP.CAT SABADELL / SLOPRUNNERS / www.sloprunners.cat
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